Coepi y comunidades urbanas indígenas de la ciudad de Chihuahua realizaron la Primera Carrera de Ariweta

Por el Día Internacional de las Mujeres Indígenas; participan más de 200 personas en este juego tradicional ralámuli exclusivo para mujeres contribuye a la unidad y promueve el rescate de juegos tradicionales

Con la participación de comunidades ralámuli urbanas de la Baja y Alta Tarahumara, que residen en la capital del Estado, este domingo primero de septiembre, se realizó la primera edición de la Carrera de Ariweta (rowera), en la colonia La Soledad.

Esto en el marco de los trabajos implementados por la Comisión Estatal para los Pueblos Indígenas (Coepi) con motivo del Día Internacional de las Mujeres Indígenas, a celebrarse el 5 de septiembre, y como parte de la Semana de Actividades por el Pleno Reconocimiento de los Derechos de las Mujeres Indígenas.

A la competencia asistieron más de 200 personas de las comunidades urbanas de la Ciudad de Chihuahua, quienes disfrutaron de una sana convivencia y actividad que contribuye a la unidad, propicia el encuentro y la integración social, al tiempo que promueve el rescate cultural de sus juegos tradicionales.

La carrera de ariweta o rowera (nombre original) es un juego ralámuli, catalogado como patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en la cual, en ocasiones se corren distancias de hasta 200 kilómetros, como prueba de unión, fuerza y resistencia.

Durante el trayecto, las corredoras avanzan con una varilla de unos 70 u 80 centímetros de largo, curvada por un extremo.

Con esta vara elaborada con ramillas vegetales, mientras corren, recogen del suelo la ariweta, cuyo diámetro varía entre 5 y 15 centímetros, lanzándola con fuerza hacia adelante, siempre en el sentido del circuito, y evitando que salga de los márgenes del camino, repitiendo el proceso hasta llegar a la meta.

La comunidad designa a las chokeame (organizadoras) que fungirán como encargadas de gestionar y negociar todos los aspectos de la carrera, poniendo de acuerdo a las corredoras, así como recogiendo y emparejando las apuestas de la gente interesada.

Antes de dar la salida, es preciso haber acordado la distancia del recorrido, el número de vueltas, el de corredoras por equipo y el de ariwetas de repuesto, para utilizarlas en caso de rotura o pérdida.

Junto a la línea de salida, que además sirve de meta y ocupa un lugar central en el circuito, se coloca una hilera de piedras a las que se le irán restando una tras otra, a medida que se vayan completando vueltas del recorrido.

En esta ocasión se enfrentaron cuatro equipos en dos recorridos distintos. Ambas carreras consistieron en un trayecto 36 kilómetros de escarpado paisaje. Los dos equipos de la Baja Tarahumara completaron  el primer recorrido, mientras que los equipos de la Alta Tarahumara lo hicieron en el segundo circuito.

El evento surge de la inquietud comunitaria manifiesta en la mesa de gobernanza indígena que el departamento de Comunidades Indígenas Urbanas de la Coepi, lleva a cabo con autoridades tradicionales de la capital del Estado.

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