“La ley del ranchero”: una voz escénica del oprimido.

Por: Juliana Vega

El teatro, con verdad, nos pone en la realidad de la vida, desde ahí confronta, señala heridas sociales, nos mueve y nos conmueve en un acto revolucionario.
Lunajero Teatro, bajo la acertada dirección de Alonso López, trae nuevamente a los escenarios de la capital del estado grande, una puesta en escena al calor de los tragos en una cantina popular, donde se retratan postales de la violencia que nos es conocida y a la que poco damos atención: homofobia y transfobia.
El efecto de una sociedad machista ha sido motivo de protesta por medio del arte escénico y es así que, con gran tino, se le ha dado voz y cuerpo al libreto de Hugo Salcedo “La ley del ranchero”.
Fue el pasado 18 de febrero, en la sala experimental de la facultad de artes, que nos dimos cita en punto de las 19:00 horas, adentrándonos inmediatamente en un ambiente de bar nocturno. Vimos de frente sobre las tarimas dolor, miedos, risas y desesperos, nos hicimos parte de ellos y nos quedamos con muchas de sus líneas para la reflexión.
Finalmente, podemos reconocer el destacando el trabajo colectivo del equipo de Lunejero Teatro que nos hizo parte de las historias de sus personajes, nos llevó de la mano para compartir una serie de emociones, potentes diálogos y personajes construidos con indiscutible profesionalismo. Esperando que sea una función de muchas que esperan pisar más escenarios en un país falto de concientización.

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