Faltan pocos días para compartir la magia de la lectura con pacientes de cáncer.

Por Viviana Yolotzin Mendoza Hernández

Hasta este viernes 15 de diciembre la organización civil Vive sin Cáncer Chihuahua estará recibiendo donativos de libros de colorear, colores, revistas y libros, juguetes (que no utilicen baterías, no sean bélicos, pueden ser usados pero en buen estado).

Se pueden entregar en el centro de acopio ubicado en la avenida Río de Janeiro #503 Col. Panamericana, de lunes a viernes de 9:00am a 2:00pm y de 4:00pm a 6:00pm, también pueden llamar al 614-175-96-46, o bien con cualquier integrante de Vive sin Cáncer Chihuahua.

https://www.facebook.com/Vivesincancerchihuahua

Todos los donativos serán distribuidos en distintos hospitales.

Todos sabemos que esta época es famosa por el deseo de regalar regalos a los niños y niñas, pero a veces se subestima cuánto puede significar regalar un libro para alguien hospitalizado.

Para resaltar la importancia de esta actividad, voy a citar parte de un texto publicado por la Universidad de Salamanca.

Para los niños enfermos, el período de hospitalización aunque sea corto es un tiempo disponible. Momentáneamente aislados de su medio familiar y escolar, pueden dedicarse a la lectura. Para algunos es una oportunidad para volver a leer o para acercarse por primera vez a un libro; para otros es una manera de seguir manteniendo una relación con su vida cotidiana, que ha quedado al otro lado del hospital.

Un libro muestra al niño hospitalizado todo un mundo de posibilidades por

explorar, rompe las barreras que impone la enfermedad convirtiéndose en un instrumento de evasión, que permite descentralizar la atención del niño en su enfermedad, en sí mismo, contribuyendo a su bienestar emocional

En un intento por prevenir la aparición de un posible impacto psicoafectivo en la

hospitalización infantil, hoy en día existe la tendencia de la utilización de materiales

informativos impresos, libros de lectura o libros para colorear dentro del contexto

hospitalario, con la finalidad de promover la confianza del niño en este medio, mejorando su estabilidad psíquica ante situaciones delicadas, referidas a la ansiedad, el miedo, la inseguridad, el aislamiento, la inquietud, favoreciendo una actitud positiva hacia la enfermedad y la hospitalización, lo que se traduciría en una experiencia hospitalaria feliz y emocionalmente sana, disminuyendo así algunos de los trastornos que se añaden al proceso de enfermedad (Serradas, 2002).

En el hospital muchos niños no pueden moverse, algunos tienen que estar en sus

camas sin poder levantarse, sin poder moverse de un lado a otro. Pero lo que sí pueden hacer todos es leer un libro, recrearse con sus ilustraciones o escuchar cómo le narran el cuento. Por eso y por otras razones, se debe posibilitar y facilitar el acercamiento del libro a los niños, considerándolo como un instrumento primordial para la recuperación o reestablecimiento de su enfermedad.

Ofrecer libros a la población infantil hospitalizada es, entre otras cosas, restituir a los

libros su auténtica función de transmisores de comunicación. A través de los libros,

los niños hospitalizados mantienen el contacto con la realidad, su realidad, en donde

tanto valor tienen el dato informativo/formativo, como la dimensión fantástica.

La lectura permite soñar, y nunca se justificara más este proceso que en los momentos en que el niño necesita sublimar su situación por encontrarse fuera de su medio sociocultural (Arrazola y cois., 1993).

En palabras de Pata Galante: «No podemos alejar a los niños de sus héroes, de las

hadas maravillosas, de los príncipes encantados, de los animales del bosque y del tren que va recorriendo los pueblos. Tenemos que dejarles soñar, con cosas bonitas, maravillosas. Alejarles de las pesadillas y de los ratos de intenso dolor. El libro es el único trocito de mundo que ven fuera de su habitación en el hospital: el único trocito de campo, de bosque, de mar, de sol o de aire que le podemos acercar» (1991, p. 241).

El texto completo se puede leer en el siguiente enlace:

https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/69353/El_valor_terapeutico_de_la_l;jsessionid=540BFC6EE753C21C525E356F29D8145D?sequence=1

Leer con un niño, aprender a leer junto a él, es una experiencia difícil de sustituir. 

No olvidemos que los libros no son tan intrusivos como la televisión. Con un libro los niños pueden elegir cuándo detenerse, regresar, leerlo en silencio o con un volumen adecuado a quienes están cerca. Hay libros de letras grandes, pequeñas, ilustrados y para iluminar. 

A la infancia hay que regalarle mágia regalemos libros. 

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